Casualidad: Tu luz y mi faro


Una coincidencia, encontrarte aquella noche,
de una fiesta salía, con el corazón en derroche.
El destino me llevó a ese lugar, lleno de promesas,
donde tus ojos invitaban, con sus misteriosas piezas.

En ese cruce de caminos, nuestras almas se rozaron,
el aire vibraba, cargado de deseos velados.
Así comenzó todo, con un susurro, una chispa,
un baile de miradas, una atracción magnética.

En el instante justo, tu sonrisa despertó,
como llama en la sombra, mi pasión encendió.
Eras fuego en mi noche, en la penumbra, una antorcha,
llegaste a mi vida, con un ardor que me toca.

Eres faro en mi noche, y yo, el farero anhelante,
guiado por tu luz, en este mar palpitante.
En la torre de tu ser, me pierdo y me encuentro,
navegando tus mares, en un éxtasis lento.

Nuestro encuentro, un lienzo de sensaciones y tacto,
en el vasto mar del deseo, un encuentro perfecto.
Como lluvia en la piel, un susurro en el viento,
en mi mundo entraste, con un suspiro y un beso.

Llegaste no temprano, ni tarde, en el momento preciso,
como melodía que acaricia, en un concierto íntimo.
En el libro de la pasión, nuestro relato se escribió,
con tintas de caricias, en cada rincón descubierto.

Desde aquel instante ferviente, en aquel rincón secreto,
nuestro amor, un baile de pasión, sin pretextos.
Y así, en el vals del deseo, nuestros cuerpos se encontraron,
en el juego del destino, eternamente entrelazados.


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